OTRAS ACTIVIDADES TEATRALES 

  • Director del Aula de Teatro del Ateneo de Madrid 1961-1972
  • Dirección del aula de teatro del Servicio Nacional de Cultura
  • Director de la Compañía Tirso de Molina
  • Director de la Compañía Ana Mariscal
  • Director del Teatro Club
  • Dirección escénica de zarzuelas
  • Dirección del café teatro Canotier
  • Dirección en distintos Festivales de España 
  • Profesor de Interpretación en la Escuela Oficial de Cinematografía

CONFERENCIAS Y CERTÁMENES

Modesto expandió su faceta de maestro en muchos ámbitos diferentes a la escena, llevó a cabo numerosas conferencias y certámenes con la finalidad de ilustrar al público de manera muy dinámica de su visión sobre las diversas esencias que Modesto defendía sobre las tablas. Su visión como director artístico impregnó todas sus charlas, cargadas de anécdotas y de ejemplos dramáticos muy ilustrativos.

Conferencia de Modesto y su hija Esther con ejemplos dramáticos
Conferencia de Modesto y su hija Esther con ejemplos dramáticos

"Al hablar del actor hicimos referencia al esplendor de su actuación, concretamente al siglo XIX y principios del XX.Es precisamente en esta etapa, cuando un grupo de hombres se decide a dar un paso gigantesco para tratar de salvar el espectáculo dramático de su decadencia, por el mercantilismo en que había caído, y la pobreza de un sin número de actores, bailarines, y músicos sin trabajo.Luis Younet decía que el director es un jardinero de espíritus, médico de sentimientos, partero de lo inarticulado, director de almas, prestidigitador... ya que su oficio está hecho de esa imponderable sustancia con que tejen los sentimientos que resisten la obra con risa o emoción.Oscar Wilde más contundente, afirmaba que el teatro debe de estar bajo el mando de un déspota inteligente." 

"El trabajo se puede dividir; el espíritu que lo genera, no. Juan Vilar, centra el problema de dirección en el hombre, que debe de elevarse por encima de sus circunstancias aunque no logre dominarlas... pero sí contarlas.Es decir, Vilar busca en la dirección escénica el centrarse con el elemento vital que es el intérprete, adentrar en su espíritu una profundidad humana dentro de la farsa. Para mí sencillamente el director debe de ser un coordinador inteligente del autor con el intérprete, para que el espíritu del texto llegue diáfano al público.En realidad es el primer espectador crítico de buena fe. Él solo, en el silencio de su escenario o en su cuarto enfrentado con el texto, va transformando la intimidad de la obra en ese mundo viviente de seres que nos atraen haciéndoles propios o alejándolos por considerarlos extraños .La base de la actual realización dramática, a mi entender, son André Antoine, Max Reinhardt, Gordon Craig,y Stanislavsky. Antoine, jefe del naturalismo escénico reforma el juego del escenario y sobre todo la gesticulación del autor, logrando una completa matización y afirmando que se debe de sacrificar al actor con personalidad, en bien del conjunto. Max Reinhart afirmó que no pensaba atenerse a un naturalismo determinado ni a otro género, o sea, adopta una posición ecléctica entre el realismo y simbolismo." 

Modesto conferenciando con su "chilaba"
Modesto conferenciando con su "chilaba"

Respecto a los autores clásicos afirma que debemos mirarles con ojos jóvenes, interpretarlos como si fuesen de nuestra generación, y esto sí que es importante, acercar a las masas hacia un teatro remoto o desconocido. En lo que se refiere al actor, al hacerle interpretar autores clásicos y modernos, ejercita la flexibilidad emocional tan necesaria a cualquier intérprete. Gordon Craig en su limpia fantasía, aspira a la eliminación del actor parlante entregando la interpretación a la música, bailarines, y sobre todo a efectos lumínicos y plásticos. Estanislavsky tiene una especial preocupación de convertir en arte lo no artístico, sobre todo al intérprete.Crea una escuela, realista, con detalles tan importantes como el cuidado de las pausas, las miradas, escuchar al que habla y darle al gesto la réplica.En fin, hace que el actor hable con voz y tono natural, tanto en el medio expresivo como en el apasionado.Nuestro teatro es el teatro del ser viviente, y añade refiriéndose al divismo del intérprete, no hay papeles secundarios ,sino actores secundarios. 

La posición del director frente al actor está perfectamente definida; les guía, informa, orienta, y explica la obra y el personaje, ya que el actor cuando se desprende del divismo, y atiende solamente a su flexibilidad, termina adaptándose a la actual armonía en el montaje que el consejo del director realizador debe de señalarle.Otra cosa es querer marcar al actor hasta los movimientos de pies y manos, movilizando en servicio de una recreación perjudicial a toda manifestación natural, a toda la interpretación; porque entonces el actor es lógico que se revele, y si se somete, queda convertido en un autómata en perjuicio de la armonía, del ritmo que toda obra debe de llevar en sí.Distinto es el caso del director frente al autor, como ya hemos indicado al hablar de esto, porque si vive al realizarse su obra o tiene plena confianza en el director, o impone sus criaturas como él las forjó, dando lugar a un conflicto, ya que así con referencia al autor, debe de existir una subordinación de este al director, su relación con el autor no existe jerarquía sino auténtica colaboración si el autor no vive y es por ejemplo un clásico, entonces se puede afirmar que el director adquiere el aspecto de un dictador teatral, aunque esta dictadura puede ser perjudicial, puede desfigurar el fin dramático, no hay que olvidar que acertadamente se ha dicho, que en el espectáculo dramático, una clase emplea la diversión para olvidarse de sí misma, y la otra infinitamente más reducida, la emplea para acordarse de sí mismos, y si esta manera de encontrarse, de sentirse reflejado, adentrándose a través del prisma del escenario como protagonista, como espectador que hace suyo su escrito por el autor, nos da el éxito dramático.

Real Coliseo de El Escorial
Real Coliseo de El Escorial

No olvidemos nunca que este éxito puede llegar no por dictadura del director ni por el divismo del intérprete, sino a través de esa colaboración, de esa armonía que el director debe de mantener con el autor. Quizá por la labor del director escénico, sea más difícil de percibir por el sencillo espectador; esto se ve y se siente, le agrada o rechaza violentamente lo que se le ofrece; pero siempre de una manera directa sobre el autor y el intérprete, y sin embargo quizá la labor más importante del director se refleje sobre el público, porque con su sensibilidad y estudio puede cambiar el gusto, orientar y hacer que esa síntesis de belleza que es el teatro, se resuma en una acción armonizada para que el espectador se sienta protagonista, que es en definitiva la clave del éxito dramático